Amor romántico: ¿dura para siempre?

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El romanticismo es parte fundamental de una relación, sobre todo del noviazgo, pero con el tiempo se va perdiendo, generalmente, o se van haciendo más lejanas las demostraciones de afecto. Después del matrimonio suele haber crisis que va disminuyendo el romanticismo y escondiendo de alguna manera, el amor.
Una encuesta reveló que la luna de miel de un matrimonio promedio no dura más de 14 meses, en general. Después de ese período las frases como “te amo” son dichas con menos frecuencia.
Las mujeres se van descuidando, se pasean en bata, viéndose menos atractivas, o descuidan los cuidados del hogar. Por otro lado, los hombres descuidan su aspecto, afeitándose menos, o yendo al baño con la puerta abierta. Además, otras disputas se producen, en cuanto a los planes de familia, las formas de gastar dinero, o de hacer las cosas.

La etapa de la luna de miel es importante, pero lo que viene después también puede ser beneficioso si se aprovechan los momentos de mayor intimidad, el ir conociendo más los hábitos del otro e ir compartiendo más. Si ambos cónyuges hacen un esfuerzo por mantener el romance vivo, conservar “viva la flor”, y trabajan en su relación, intentando cambiar y mejorar los aspectos negativos, puede ser una etapa muy fructífera.
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Depende mucho de ambos y de los esfuerzos que hagan por llevarse bien y mantener una buena relación, basada en las cosas que los hicieron enamorarse, sobre todo valorando las cualidades del otro, sin ver tanto los defectos.

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